

¿Qué debe tener un trabajo para que alguien escuche que otro se dedica a eso y no le parezca extraño, absurdo, inútil, humillante, una pérdida de tiempo? ¿Qué hace al prestigio, a la satisfacción, al reconocimiento? ¿Cuándo llegamos a una estructura en la que hay que ganarse la vida como si, muy evidentemente, no la tuviéramos ganada, ni segura, ni valorada? Y a todo esto, ¿quién en este mundo quiere, pero realmente, quiere trabajar?
Alejandra Eme Vázquez, Su cuerpo dejarán.
La lucha de las mujeres por la autonomía de sus cuerpos y sus espacios no es reciente, su domesticación puede remontarse a finales del siglo XVII, después de ser sometidas por más de dos siglos a un terrorismo de Estado (Silvia Federici. p.157) encabezado por la pérdida de su poder social, y con ello la exclusión de su participación en los espacios públicos, de las actividades económicas, y la implementación de formas de tortura física y psicológica destinadas a controlar su comportamiento como “bien común” de los hombres o “propiedad privada” de un hombre, en cuyo caso, la familia, como réplica miniatura de un Estado y una Iglesia, adquiría -adquiere- el control íntimo de los cuerpos femeninos -y de la cuota de hijos que deberá aportar a las filas de producción-, que contiene entre cuatro paredes sin goce de sueldo, ni prestaciones.
Afortunadamente, algunos espacios, como los lavaderos, la cocina, el bordado, las fábricas de algunos productos, que históricamente se han relegado a la presencia femenina, fungieron como importantes detonadores de encuentros clandestinos femeninos, mechas provocadoras de la lucha por el derecho de asociación, participación política y principalmente, de recuperarse como sujeta colectiva. Es a través de la evocación de estos espacios que deseamos emprender nuestro laboratorio, como un colectivo de mujeres que enciende el fuego para compartir el pan, y con él, una serie de imágenes y reflexiones sobre las precariedades laborales de las que somos protagonistas.
BIENVENIDX A NUESTRO SINDICATO
Por lo pronto / Por lo tanto
Por lo tanto / Por lo pronto hay que abrazarnos
Y hacer un sindicato.
Politizar la angustia
Politizar la depresión
Politizar el cansancio
Que seguramente ya está en La Agenda.
Ya es tendencia.
Por lo tanto / Por lo pronto solo hay que recordar
que NO somos inmunes
al mal de nuestra época.
La pandemia naturalizada
la profesión precarizada
la esclavitud consciente
del positivismo heredado
por la santa meritocracia.
Con sus propios
síntomas del cansancio
de la frustración
la angustia del no
en la sociedad del sí
que nos violenta
desde las fábricas que alienan
hasta el freelance que enajena.
La violencia no solo está en el otro
Sino en la una misma.
Violencias fundacionales
Violencias funcionales
Violencias que se perciben necesarias
Para las metas ajenas
Que hemos asumido como nuestras.
Disciplina
Vs
Control
Vigilancia
Vs
Rendimiento
Por lo tanto / Por lo pronto hay que abrazarnos
Y practicar el ocio
Y la contemplación
Y el aburrimiento
Y hacer un sindicato
Y decir no.
¿A qué has dicho NO hoy?
Las Nadies, rap a partir de Pan y Rosas de James Oppenheim, y Los nadies de Eduardo Galeano.
Lxs de Abajo Clan.
SINDICALIZADAS







UTILIDADES
¿Cuánto de nuestro tiempo es para nosotras?
Las utilidades son un derecho constitucional de los empleados, que proporcionan un trabajo personal subordinado a una persona física o moral a cambio de un salario, por lo que tiene derecho a participar de las ganancias obtenidas por el patrón o la empresa, siempre y cuando estas se generen. En México normalmente se cubren en el mes de mayo.
En nuestro proceso, denominamos utilidades a los espacios y tiempos de descanso, de resiliencia luego de las jornadas laborales que cada una aborda de manera distinta. Desde sentarse bajo la sombra de un árbol, bailar frente al espejo o tener una rutina de maquillaje. En este apartado tratamos de compartir algunas estrategias para recuperarse de la vida laboral.
%2023_02_48.png)
%2023_03_09.png)
%2023_10_54.png)
P r ó x i m a m e n t e
GALERÍA



