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Breve Historia de la Incivilización Humana
Tomo II

2020

Breve Historia de la incivilización humana tomo II, teatro experimental de jalisco, un colectivo, la pepena

La Breve Historia de la incivilización Humanada Tomo Dos relata una partida de Jenga entres dos jugadores con Párkinson: El desequilibrio de una torre en dónde cada pieza que se retira debilita el ya frágil concepto de civilización y a la vez se sobrepone para buscar más altura, una sensación de progreso que la llevará al derrumbe, a menos que alguien haga trampa.


Breve Historia de la Incivilización Humana Tomo II

Una serie de transgresiones al tiempo y espacio tratan de devolverle al hombre sus cuatro patas.

 

¿Qué es la incivilización?

Decrecimiento. Deconstrucción, y muchas otras palabras que comienzan con DE, que pueden tener un sentido más sano si se miran como un regreso al pasado por la vía del futuro.

¿Cómo hacer para dejar la corbata y volver al paleolítico?

Es la pregunta que todos nos hacemos en el verano, esta serie de pasajes más que basados, hurtados de hechos reales le ayudará a guiarse por el buen sendero del retorno (con flecha verde) a los buenos tiempos.

¿De qué va la Breve Historia de la Incivilización Humana Tomo Dos?

Es un falso documental que trata de armar en escena un mapa de la incivilización humana a través de la recreación y creación sugerida de hechos históricos protagonizados por el hombre y otros habitantes de la tierra, en el famoso camino hacia el Progreso. La mayoría de sus textos provienen del labortatorio La Pepena, en León, Guadalajara, Monterrey y CDMX.

Y a todo esto ¿qué es la Civilización?

Comer con cubiertos.

¿Y la Incivilización?

Lo desconocemos, pero desde el siglo XVIII se habló de civilización como sinónimo de progreso y antónimo de salvajismo, es decir, hace mucho tiempo. Ahora nos hacemos preguntas cómo ¿cuánto más se puede ir hacia arriba? o ¿para dónde es adelante?

Por si fuera poco, los restos del café matutino nos revelan un espiral como la ruta más rápida en Google Maps hacia el frente: Una espiral que si recorriéramos en reversa, nos provocaría mareo y develaría esqueletos de civilizaciones extintas, desde dinosaurios hasta televisiones análogas; civilizaciones enterradas y otras con credencial vigente en el gran proyecto de Civilización humana: La Tierra en su presentación de queso gruyere, un laberinto parecido al serpientes y escaleras, capas, capas sobre capas, capas geológicas y de polvo, denominadas ciudades, con sus cimientos y sus encimas (más encimas que cimientos), una era aplastando a la anterior, unos encima de otros, unos que resisten, otros que no tanto.

La preventa de El fin del mundo nos ha atormentado a lo largo de la historia plagiando taquilleros escenarios hollywoodenses, nos ha sorprendido adquiriendo nuevos ordenadores, bunkers y agua bendita, mientras el vecino pone al 2X1 las AK47, mientras edificamos las tierras sobrantes y nos abrigamos con sus animales a meses sin intereses, mientras nos ocupamos del incremento demográfico y la taza de empleo reciclando exitosos programas de racismo y nacionalismo. ¿Qué tan incivilizada es la civilización? ¿Qué tan regresivo es el progreso?

Recrear los pasados para imaginar futuros es una oportunidad única de ver en el ojo de la bruja, de aproximarnos al futuro y tomar anticonceptivos reales.

No sé que ponerme para el fin del mundo.

En palabras de Henri Michaux y su mesa esquizofrénica:

“Tal como estaba era una mesa de añadidos, al igual que algunos dibujos de esquizofrénicos llamados abarrotados, y si estaba terminada era en la medida en que ya no había forma de añadir nada; mesa que se había ido convirtiendo en amontonamiento, dejando de ser mesa... No era apropiada para ningún uso, para nada de lo que se espera de una mesa. Pesada, voluminosa, apenas era transportable. Uno no sabía cómo cogerla (ni mental, ni manualmente). El tablero, la parte útil de la mesa, progresivamente reducido, desaparecía, y tenía tan poca relación con el voluminoso armazón, que uno ya no pensaba en el conjunto como una mesa, sino como un mueble aparte, un instrumento desconocido cuyo empleo se ignoraba. Mesa deshumanizada, que no tenía ningún acomodo, que no era burguesa, ni rústica, ni de campaña, ni de cocina, ni de trabajo. Que no se prestaba a nada, que se protegía, que rechazaba todo servicio, toda comunicación. En ella había algo aterrado, petrificado. Se hubiera podido pensar en un motor parado”.

 

Créditos:

Dramaturgia
Sara Pinedo.

Dirección
Sara Pinedo y Cuauhtémoc Vázquez.

Creadores y ejecutantes en escena:
Benjamin Rubio
Brian Smith Hudson
Cristian Aravena
Diana Echaury

Producción general
Un Colectivo - Centro Centro.

Gestión
Ricardo Pérez.

Diseño y arte
Alejandro Carrillo.
Jose W. Paredes.

 

Iluminación

Jesús Giles
 

Animación
Oscar H. Ortega

Diseño sonoro
Homero Guerrero

Música original
Enrique Esqueda

 

Programación  multimedia:

Cuauhtémoc Vázquez.

Diseño escénico y realización
Centro Centro - Un Colectivo:
Benjamin Rubio
Brian Smith Hudson
Cristian Aravena
Cuauhtémoc Vázquez
Diana Echaury
Sara Pinedo

A Paulo. A las ruinas, objetos y personas que han enriquecido nuestras derivas

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